Comprometidos con la justicia

Caracteriza todas las actividades de los jesuitas su opción por la justicia y su voluntad de servir, acompañar y defender a las personas y colectivos más vulnerables. Es tarea de todas las personas e instituciones de la Compañía de Jesús, no solo las que realizan una acción social como núcleo de su misión, sino también de aquellas que desde el ámbito educativo, universitario, intelectual o pastoral, promueven la sensibilización, la denuncia y el compromiso ante los problemas sociales.

La acción social de la Compañía de Jesús se lleva a cabo principalmente a través de entidades, colectivos y proyectos locales, que atienden a tres prioridades: los y las menores en riesgo de exclusión social, la realidad migratoria y la cooperación internacional. Pero también se trabaja en ámbitos como el apoyo a personas sin hogar o la atención socio-pastoral en centros penitenciarios, entre otros.

Los misioneros jesuitas y cooperantes en distintos países del mundo, las comunidades de jesuitas insertas en barrios populares y centenares de colaboradores/as y voluntarios/as en nuestros centros se entregan a esta labor desde la cercanía y acompañamiento. No entendemos, pues, nuestro compromiso social como una mera prestación de servicios o ayudas, sino un caminar junto a las personas, promoviendo al mismo tiempo la transformación social.

Construyendo futuro

Acoger y acompañar a los niños, niñas y jóvenes que viven en situaciones de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social es una de las tareas prioritarias del área de menores del sector social de la Compañía de Jesús.

El trabajo con menores se centra en la prevención de la exclusión social, a través de la formación y la promoción humana de los niños/as y jóvenes, para que puedan transformar su realidad y su entorno. En nuestros centros destinados a menores, los equipos de profesionales y voluntarios/as los acompañan en este proceso desde la cercanía, el respeto, la flexibilidad y, especialmente, la necesidad de potenciar las capacidades de cada persona.

Y lo hacen en diferentes actividades y proyectos: educación en el ocio, refuerzo escolar, acogida de menores, educación emocional, unidades de escolarización, programas para combatir el absentismo escolar o de inserción laboral, entre otros. Parte fundamental es el apoyo y acompañamiento a las familias, especialmente a las madres, lo que permite detectar y evitar lo antes posible la situación de riesgo para el menor.

Un mundo más justo

Desde la cooperación internacional los jesuitas trabajamos para el desarrollo de las personas y poblaciones desfavorecidas de los países del Sur.

Nuestras acciones se dirigen especialmente a facilitar una educación de calidad para todos, a promover programas de desarrollo socioeconómico y a acompañar a personas refugiadas y desplazadas.

En cualquier caso, las propuestas se basan en la implicación en los procesos de las propias personas.

Al mismo tiempo trabajamos para construir una ciudadanía comprometida que denuncie las injusticias y transforme las estructuras que generan pobreza y desigualdad.

Esta labor se realiza desde las dos ONGDs de la Compañía de Jesús, Alboan y Entreculturas, en colaboración y coordinación con personas e instituciones de todo el mundo.

Acompañamos, servimos y defendemos

Son muchas las personas migrantes y refugiadas que quedan desprotegidas. En la migración se revelan injusticias: fronteras que excluyen, desigualdades jurídicas, explotación económica, instrumentalización de las personas como fuerza de trabajo, segregación cultural, menores no acompañados, trata de personas...

La acogida, el acompañamiento y la defensa de derechos forman parte de la esencia de nuestro trabajo con migrantes y su respuesta trata de incluir a todas aquellas personas que huyen de la guerra, la persecución, la pobreza o los desastres naturales.

Trabajamos tanto para defender la dignidad y los derechos de las personas migrantes como para fortalecer la capacidad de acogida y hospitalidad de nuestra sociedad, generando cambios a favor de la solidaridad y la inclusión.

Para lograrlo las diferentes entidades que forman la red del Servicio Jesuita a Migrantes - España (SJM) llevan a cabo proyectos de acogida, formación, defensa legal de derechos, diálogo interreligioso... así como campañas de sensibilización y denuncia.

Romper el círculo de la exclusión

Encontrar juntos nuevas oportunidades y nuevos caminos en los que recuperar la dignidad es el deseo de tantos proyectos locales de acogida a personas sin hogar, atención a centros penitenciarios, comedores sociales, apoyo a personas con adicciones, etc.

En todos ellos es la experiencia y el contacto diario con las personas lo que ha ido creando una forma de acompañar, de estar junto a ellos y ellas, promoviendo su autoestima y confianza, fomentando su participación. Pero al mismo tiempo sin dejar de abordar, explicar y denunciar las causas que provocan la exclusión y trabajando para la transformación social.

Pero no sólo lo hacemos desde el trabajo en organizaciones y proyectos, sino también en la presencia de las comunidades de jesuitas insertas en barrios populares, con una proximidad afectiva hacia las personas que acompañamos y en las comunidades de hospitalidad en las que se comparte techo con personas en situación de fragilidad, viviendo juntos, con un proyecto común, y en un espíritu de familia.